El mismo Jesús que dio vista a los ciegos, hizo andar a los cojos y escuchar a los sordos, limpio a los leprosos y dio vida a los muertos (Lc 7:22) es el mismo Jesús que dijo que para ser sus discípulos necesitamos cargar nuestra cruz y seguirlo (LK 14:27). Esto muchas veces crea confusión ya que algunos creen que pedir sanación no esta bien pues eso significa rechazar la cruz. Sin embargo, Jesús fue ungido para proclamar libertad a los cautivos y dar vista a los ciegos (Lc 4:18). Creo que Dios quiere que imitemos a San Pablo y que nuestro deseo sea “conocer a Cristo y sentir el poder de su resurrección y la solidaridad en sus sufrimientos…” (Fil 3:10). En mi experiencia, el tener un entendimiento sano del rol del sufrimiento y del poder sanador de Dios, nos puede llevar a profundizar nuestra experiencia del Reino de Dios.